Este fenómeno surgió a partir de la obra literaria del italiano Federico Moccia, “Tengo ganas de ti”, que alcanzó el éxito en el 2006, y que puso de moda colocar candados en los puentes con el nombre de la persona amada grabado en él y arrojar la llave al río, gesto se ha extendido en todo el mundo.
Esta tradición, nacida durante este siglo en Roma, impulsa al puente Fray Gentile de El Bolsón a reforzarse como obra arquitectónica, que en el futuro será como Ponte Milvio de la ciudad italiana, o como la pasarela de Solferino, en París, donde repiten esta costumbre.
Cabe destacar que esta práctica no pone en riesgo a la estructura del puente, ya que sus vallas nuevas cuentan con la resistencia suficiente para soportar el sobrepeso que se genera por los candados allí colocados.
Esta característica pone en valor al puente de la plaza central y ofrece un atractivo turístico ideal para todos los turistas enamorados que se acerquen a la localidad cordillerana.