En primer lugar, es importante saber ante qué síntomas debemos aislarnos para prevenir la propagación del virus. Si tenés fiebre de 37.5° o más, tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria, congestión nasal, dolor de cabeza, diarrea y/o vómitos, pérdida de gusto u olfato, dolor muscular es necesario que te aísles a modo de prevención y evitar una cadena de contagios.
Se considera contacto estrecho, si estuviste con un caso confirmado con síntomas, o durante las 48 horas previas al inicio de los síntomas. También se considera contacto estrecho, si compartiste 15 minutos o más sin mantener la distancia de dos metros con la persona positivo de COVID-19.
En este sentido, es fundamental completar el esquema de vacunación contra la COVID-19 a fin de reducir del riesgo de una forma grave. Además es necesario reforzar todas las medidas de prevención y cuidados, como el uso de barbijos, el distanciamiento, la ventilación de ambientes cerrados y la higiene frecuente de manos.
Esta etapa de la pandemia es importante diferenciarla de años anteriores, ya que existe un número mayor de población vacunada con esquema completo y eso disminuye el riesgo de internación o muerte. Es importante que completes lo antes posible, el esquema de vacunación y la dosis adicional.