Millones de circunstancias, procesos de aprendizaje, alegrías, tristezas, miedo, emoción, se han acumulado en este tiempo. Si algo jamás pensó vivir Marina, es la experiencia que hace un año y medio atraviesa la vida de la humanidad como es la pandemia de COVID-19. Ni siquiera la gripe H1N1 en el año 2009, puede asemejarse a estos momentos.
Hoy, Marina comparte el trabajo al frente de la Guardia con otra médica, Eugenia y un gran equipo de otros profesionales, médicos, enfermeros y enfermeras, administrativos, chóferes de ambulancia.
En 2020, durante los primeros meses de la pandemia, ella formó parte del equipo que estaba en la primera línea de atención de la pandemia, en los consultorios respiratorios.
Fueron meses de “fogonearse” aprender sobre un virus que poco se conocía en la humanidad e incluso atravesar ella misma el coronavirus. Y una vez recuperada, volvió a su trabajo, convencida de es en el hospital donde tiene que estar.
“Son tiempos difíciles, muy cansadores. Hemos logrado tener experiencia, pero venimos con un trabajo intenso. Nos tocó ver partir amigos, compañeros, pacientes, conocidos, todas situaciones que te pegan”, expresa marina.
“Tratamos de hacernos fuertes, pero entre nosotros nos contenemos, a veces te dan ganas de irte a un rincón a llorar, es la verdad. Hay momentos en que sentís que no podes más, y te preguntas cómo seguir. Pero sabes que tenes que seguir porque la gente, el usuario del servicio, necesita una respuesta, atención”, se sinceró Marina.
Y ese mismo convencimiento de que el sistema de Salud necesita de todos sus eslabones, es el que hizo que esta médica, como todos sus compañeros y compañeras que se contagiaron de coronavirus, volviera a la actividad una vez que obtuvieron el alta. “Volvés para seguir peleándola, para estar en primera línea.
Ella ya no siente miedo. Sabe que tiene que seguir cuidándose. Y que con los elementos de protección personal necesarios y utilizándolos bien, nada tiene que suceder. Y entonces “seguimos adelante. Por toda la gente”, asegura.
La experiencia en el Consultorio Respiratorio, la puerta de ingreso del paciente con COVID-19 al sistema de salud, ha marcado sin dudas estos 15 meses de trabajo, para Marina y para todos los que han trabajado y trabajan aún hoy allí. Funciona en la capilla ubicada en el predio del Hospital y atiende toda la demanda de la comunidad.
“El Consultorio Respiratorio es una herramienta muy importante de este hospital para la comunidad y es el sostén del servicio de emergencia. Sostienen al servicio de emergencia porque atienden lo que es patología respiratoria”, enfatizó la médica, poniendo de relieve el gran trabajo del área de ese sector.
Sobre la situación actual de la pandemia y el comportamiento social en estos tiempos, Marina expresó que “tenes grupos de personas que están relajados, pero otros que todavía están muy asustados, que tienen miedo. Y lo que realmente sí percibo es que las consultas aumentaron mucho. Hay más demanda que en el 2020”, contó Marina. Este crecimiento en la demanda de atención y en los casos positivos de coronavirus, redobla las exigencias de un personal cansado pero que no se rinde.
Finalmente, la médica hizo un llamado a la comunidad para generar conciencia respecto de la importancia de cuidarse, de respetar los protocolos sanitarios de distanciamiento, uso de barbijo y restricción de la circulación.
“Algo que quiero remarcar, decirle a la comunidad, es que la vacuna protege de una forma grave de la enfermedad, pero no impide los contagios. Por eso hay que seguir cuidándose. Usar el tapaboca tapando también la nariz, no sacárselo. No juntarse con gente no conviviente y si se juntan mantener los cuidados. No compartir vasos ni mate. Ser respetuoso de los aislamientos. En definitiva, hacer lo que siempre hemos dicho, para poder cuidarnos entre todos e ir saliendo de todo esto”, fue el sentido mensaje final de la médica.